Song of the Southern Seas, del kirguiz Marat Sarulu ha obtenido este año, en el Festival Cines del Sur de Granada, la mención especial del jurado.
El cineasta Marat Sarulu es uno de los nombres descatados en la filmografía de su país, Kirguistán, así como en Kazajstán. Esta asociación se refleja en su última obra, Canción de los Mares del Sur , filmada en Kiguistán, en los alrededores del impresionante lago Issyk-Kulha, realizada en Kazajstán y coproducida conjuntamente por Alemania, Francia y Kazajstán.
La película aborda la naturaleza transcultural e interétnica de las sociedades de Asia Central.
Ivan y Maria son una pareja rusa que vive en una aldea de Kazajstán, junto a Assan y su esposa, de origen kazajo, entre los que comienzan a germinar tensiones étnicas. Maria da a luz a un hijo con rasgos asiáticos, lo que provoca los celos de su marido, generando la desconfianza entre las dos familias.
Las sospechas disparan entre las dos familias temas como la negación del otro, el racismo, la incomprensión y la ausencia de comunicación entre las diferentes etnias.
A partir de ahí, el Director retoma la historia quince años más tarde.
El ahora adolescente, Sasha, es un joven taciturno, que ha abandonado la escuela y pasa todo su tiempo a caballo en la estepa, metiéndose en problemas con otros jinetes a los que roba sus caballos, por lo que es golpeado.
Iván también es golpeado por el hermano de su esposa, que desprecia a Iván por ser un simple agricultor y no saber su linaje más allá de los nombres de sus abuelos.
Hacia el final de la película, impulsado en parte por los reproches de su cuñado y por su sentimiento de desarraigo y falta de identidad, Iván visita a uno de sus abuelos, Georgi, que le cuenta la historia familiar y le revela sus propias raíces multiétnicas.
Paralelamente a Iván, Assam inicia su propia búsqueda de la felicidad, descrita de una forma mucho más poética. Assam sale de su casa un día, sin mediar palabra, para pasar un tiempo a solas en la estepa. Entonces sueña cómo sus antepasados buscaban a una mítica mujer de los mares del Sur, que aliviará su dolor y calmará su mente.
A esta realidad social de su país se ha referido el Director en rueda de prensa, señalando la diversidad cultural de un país en el que conviven unas 70 nacionalidades distintas.
Sarulu habló de una difícil relación entre los distintos pueblos en el pasado, y comentó que en la actualidad no hay conflictos y las distintas nacionalidades conviven en armonía y tolerancia.
Afirma que todos tenemos raíces comunes y somos una sola familia, como concluyen sus personajes en la película.
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