Este curioso antílope, el Saiga, es originario de las estepas de Rusia y Asia Central.
Primitivamente, en la Edad de Hielo, el Saiga se desplazó a través del Estrecho de Bering desde Alaska, donde se ha encontrado un fósil de este antílope en los territorios del Norte.
Extinguido en Norteamérica hace 10.000 años, habitó también en Europa Occidental.
A principios del siglo XVIII, su hábitat natural se extendía desde el Cárpato y el Caúcaso hasta Mongolia, pero hoy en día solo es posible encontrarlo en la región rusa de Kalmykia, Kazajstán y algunas zonas de Mongolia.
El Saiga desarrolla una altura de 60 a 80 centímetros, con una longitud de 1.5 m., y un peso entre 36 y 63 kilogramos. Los machos son más grandes y se diferencian de las hembras por sus cuernos semi traslúcidos y anillados en las secciones inferiores.
Su vida oscila entre 6 y 10 años.
Cubren largas distancias, en grupos de 30 o 40 individuos, en áridas estepas y semi desiertos, mientras que en las migraciones pueden verse grandes manadas de hasta 200.000 individuos.
Cubren largas distancias, en grupos de 30 o 40 individuos, en áridas estepas y semi desiertos, mientras que en las migraciones pueden verse grandes manadas de hasta 200.000 individuos.
El Saiga es reconocible por su extraña estructura nasal, o probóscide, muy desarrollado y flexible, similar al de los tapires, que es en realidad una adaptación al medio extremadamente frío y polvoriento en el que vive.
Durante los fríos inviernos le permite calentar el aire antes de que llegue a los pulmones, reduciendo la pérdida de calor corporal. En verano, le permite filtrar el polvo levantado por el paso de la manada.
Su pelo es escaso y color canela en verano, mientras que en invierno se hace un 70% más denso y de color blanco.
De ahí el aspecto tan diferente que podéis ver en las distintas fotografías.
En invierno permanecen activos todo el día, mientras que en verano permanecen echados durante las horas más calurosas.
Pueden desarrollar una velocidad de hasta 80 kilómetros por hora.
La gestación de las hembras dura 140 días, y suelen dar a luz una sola cría el primer año, y dos los siguientes. Sus depredadores naturales son el lobo y el zorro.
Sus cuernos han sido utilizados por la medicina tradicional china durante siglos, para tratar enfermedades cardíacas, infarto, fiebre y como afrodisíaco, lo que ha contribuido a su caza y tráfico ilegal. Esto ha disminuido el ratio entre machos y hembras, a un insostenible 1 por ciento de los animales.
En regiones muy pobres también son usados por los granjeros para alimentar a sus ganados a pesar de las prohibiciones.
Esto ha contribuido a que sea una especie en riesgo de extinción, su población ha pasado de un millón a 30.000 ejemplares en la última década.
Esto ha contribuido a que sea una especie en riesgo de extinción, su población ha pasado de un millón a 30.000 ejemplares en la última década.
Los Saigas se adaptan mal a la vida en cautividad, por lo que solo existen ejemplares en el Zoo de Colonia y en Rusia.
Este año, el gobierno kazajo ha autorizado la creación de la Reserva Natural de Irgiz-Turgay, con un área de 763,549 hectáreas, un paso importantísimo dentro del proyecto Econet impulsado por el WWF en colaboración con distintos organismos, para la protección y conservación de esta especie.
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