El kulich [en ruso кулич , que significa "Pastel de Pascua" ] es una especie de pan o bizcocho, que se hace durante los días de la Pascua ortodoxa. Es ligeramente dulce, con una consistencia similar al brioche, de forma cilíndrica, glaseado por la parte superior y decorado con trocitos de fruta escarchada o azúcar de colores.
En la parte superior o los laterales, suele decorarse con las iniciales XB, del tradicional saludo de Pascua, Христос воскресе, que significa "Cristo ha resucitado".
Como os contaba en la entrada en la que hablaba de la Pascua Ortodoxa, el kulich es bendecido en las iglesias durante el servicio religioso.
Es muy curioso ver las imágenes de las mesas y los bancos de las Iglesias llenas de cestas de kulich durante los oficios.
Tradicionalmente, el kulich que ha sido bendecido, se come antes del desayuno del domingo de Pascua. Debe hacerse siempre dos o tres días antes, para que tenga la consistencia adecuada.
Mi hija recuerda haber preparado kulich con su abuela de Kazajstán, y en Asem, también lo hacían para los niños durante la semana de Pascua, siguiendo la tradición, aunque muchos de los niños son de origen kazajo.
Gracias a Larisa, ucraniana, que lleva algunos años en España y a Nuria, pude ver como se hacía el kulich y tener la receta de la masa para hacerla nosotras en casa.
Como buena cocinera no mide las cantidades exactas, así que las medidas son aproximadas.
¡ Os cuento la receta de Larisa, que en casa no duró nada! ¡buenísima!
Para esta receta se necesitan:
Medio litro de leche
1.5 kg aproximadamente de harina de fuerza
100 gr Levadura natural
300 gr Azucar ( o 400 gr si lo queremos más dulce de lo que se hacen allí)
2 o 3 claras de huevo
6 07 yemas de huevo
Vainilla en polvo
120 gr de mantequilla
2-3 cdas de aceite de girasol
Pasas sin hueso
La levadura natural la podeís encontrar en Mercadona o en hornos y la harina de fuerza también.
Primero calentamos la leche hasta que esté templada. Añadimos entonces la levadura, moviendo muy bien, para que no haga grumos, hasta que esté totalmente disuelta.
Tamizamos la harina con un tamizador o un colador y vamos añadiendo harina, reservando un poco para ver la consistencia, hasta que la masa tenga un aspecto parecido a unas natillas ligeras.
Se añaden poco a poco el azucar, 300 gr o hasta 400 si la queremos más dulce, las 6 0 7 yemas de huevo, una pizca de sal y una cucharadita de vainilla en polvo, las pasas y si la consistencia es muy ligera, añadimos algo más de harina.
Se tapa la masa con un paño y se deja reposar en un sitio templado, hasta que suba, durante una hora y media aproximadamente o dos.
Entonces se deshacen las burbujas que se forman, para que tenga consistencia y no quede demasiado esponjosa.
En las fotografías podéis ver el horneado y la forma que tienen.
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Para el glaseado, mezclamos medio vaso de azúcar y una clara grande de huevo. Esto lo montamos con una pizca de limón en la batidora. Esta mezcla la reservamos para decorar el kulish.
Como moldes, se utilizan tradicionalmente moldes verticales o latas de distintos tamaños, como veis en las fotografías. Las latas o moldes son las que dan la forma característica al kulish.
Se untan bien con aceite en el interior y se echa la masa en el interior. Hay que llenar sólo las latas o los moldes hasta la mitad, ya que la masa sube bastante, duplicando el volumen.
Precalentamos el molde 10 minutos a 180º. Después horneamos a 170º-180º durante unos 40 minutos, o si son latas muy grandes, durante algo más de tiempo.
Una vez desmoldados, se cubre la parte superior con el glaseado y se decora con los fideos de colores o trocitos de fruta escarchada.
¡ Y a comer!
El kulich se puede encontrar ya hecho durante la Pascua en las tiendas rusas, pero hacerlo en casa con los niños es una forma de pasar un rato divertido con ellos y acercarlos a sus tradiciones y a su origen.
¡ Os aseguro que les encantará, como todo lo que mancha!
En este video, podéis ver también cómo se hace de forma industrial.
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