Mientras tocaba su kobyz, la muerte no podía llegar a alcanzarle. Los sonidos de su kobyz eran tan fuertes y hermosos que lo oían los nómadas que viajaban a siete días de distancia de las orillas de Syr Darya. Sus sonidos sumergían a los nómadas en un mundo de belleza y armonía.
Una vez, cuarenta muchachas kazajas, escucharon el mágico sonido del kobyz desde los pueblos de Saryarka. La melodía se sumergió en el alma de las muchachas, que sin darse cuenta, detuvieron su camino y se olvidaron de quienes eran, atrapadas por el irresistible deseo de llegar al origen de aquel sonido. Sin conocer el camino, se perdieron en la estepas sin vida. Con la ropa sucia, los zapatos rotos, pronto se quedaron sin comida ni agua, acosadas por la sed en las áridas estepas de Betpak Dala. Pero el sonido del kobyz les hacía sacar fuerzas y seguir caminando.
El hambre y la sed dejaron morir en el camino a treinta y nueve de las muchachas y sólo una, logró llegar a las orillas de Syr Darya. Su garganta estaba seca, sus piernas llenas de llagas, pero pudo llegar hasta Korkut y al verlo se desmayó, extenuada por el largo camino.
Korkut la llevó a su casa, le dio comida y bebida y comenzó a preguntarle quien era y de qué tierras venía. Se sorprendió mucho al saber que las muchachas fueron cuarenta y no sólo una, atraídas por la bella y triste melodía llamada "saryn".
Y hasta ahora en las estepas de Saryarka, al pie de las montañas de Alatau, se encuentra el lugar llamado Kyuya Sarin, " el lugar donde se originó la música"
La tumba de la muchacha, que se convirtió en esposa de Korkut, está situada en el lado norte del río Syr Darya y los kazajos lo llaman "el mausoleo de la muchacha".
En el lado oeste, llamado Aris, hay un lugar llamado Kalgan Kiz, " el lugar de las muchachas".
En este árido lugar de la estepa no vuelan los pájaros, ni lo recorren las bestias salvajes.
Desde tiempos antiguos, las arenas del desierto almacenan en su memoria la historia de nuestros antepasados kazajos.
Desde tiempos antiguos, las arenas del desierto almacenan en su memoria la historia de nuestros antepasados kazajos.
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