Un pequeño bebé camello caminaba embobado, alejándose de su manada en la inmensa estepa. Se sentía contento y con la tripa llena y vagabundeaba bajo el sol, gritando alegremente " ¡ Krkhmmmmmmms!, Krrrhh ! "
Tan pronto como se puso el sol, el bebé camello vio que estaba solo y comenzó a sentirse hambriento y asustado. Los lobos aullaban a lo lejos , "Auuuuuuuuuuuuu!" y el pequeño camello escuchaba aterrorizado.
Entonces, corrió en la oscuridad todo lo que pudo. Aunque sus lagrimas caían sin parar sobre la tierra, le impedía gritar el miedo a que los lobos lo oyeran y lo devoraran.
Sin embargo, los astutos lobos captaron enseguida el olor del pequeño camello en el viento y se aullaron unos a otros muy alto:
" ¡ Caaaaarne- tiernaaaaa ! ¡ Un bebé camello !"
Durante toda la noche, sobre sus débiles y pequeñas patas, el camello huyó de los lobos. Le pareció sin duda la noche más larga y terrible de toda su vida.
Pero finalmente llegó el día, el sol salió de nuevo y los lobos volvieron cabizbajos y derrotados a su guarida.
Fue entonces cuando el llanto del pequeño camello llegó a las yurtas cercanas y dos kazajos corrieron hacia él a toda prisa. Su felicidad era tal, que el pequeño corrió hacia uno de ellos y después , saltó a los brazos del otro.
"Este es mi bebé camello", dijo el primer hombre.
"No, es mio. Has visto como vino corriendo hacia mi" , gritó el segundo.
Los dos hombres discutieron sobre el bebé camello y por último, decidieron pedir consejo al akzakal, cuya sabiduría era conocida en todo el aul.
Edige, éste era el nombre del viejo sabio, escuchó sus quejas y sentenció " Traedme a vuestros camellos".
Cuando los dos kazajos vinieron con sus camellos, Edige se escondió detrás de una pila de leña y comenzó a aullar como un lobo, " Auuuuuuuu!". Los camellos levantaron sus cabezas y el pequeño camello comenzó a gemir. Al sonido de su voz, una mamá camello se adelantó a la manada y comenzó a lamerlo por todo el cuerpo.
Mientras tanto, los otros camellos no se movieron. El pequeño camello se acercó y comenzó a mamar la leche de su madre.
Edige llamó al kazajo al que pertenecía la mamá camello y dijo, " El bebé camello pertenece a su madre y es tuyo porque la madre te pertenece. Ahora lleva a tus camellos a casa."
El kazajo se alejó con sus camellos. El bebé camello sintiéndose lleno, corrió afectuosamente al lado de su madre.
" Eres un mal maestro", le dijo Edige al otro kazajo. " ¿ De quien hubiese mamado su leche el bebé camello si te lo hubieses llevado? Vete a casa y recuerda siempre que la codicia es la raíz de todos los demonios"
Traducido y adaptado del cuento "El bebé camello", del libro Stories of the Steppes.
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